jueves, 27 de marzo de 2014

ACERCÁNDONOS AL TEATRO


Acercándonos al teatro

El teatro es una rama de las artes escénicas que consiste en la representación o actuación de historias en frente del público, usando para estos fines el habla, gestos, la mímica, la danza, la música y otros elementos. Pero el teatro es mucho más y no sólo está sujeto a diálogos, también tienen cabida la mímica, las marionetas, la ópera y el ballet.
La palabra teatro viene del griego "theatron", que significa "lugar para ver" o "lugar para contemplar".
Los orígenes del teatro se encuentran en la unión de antiguos rituales sagrados para asegurar una buena caza o temporada agrícola, y que se celebraban con la música y la danza. Entre el segundo y el primer milenio antes de Cristo, en el Antiguo Egipto ya se representaban dramas sobre la muerte y la vida, usando máscaras durante la dramatización.
Durante el siglo V A.C, en Grecia, se sentaron las bases de lo que vendrían a ser los modelos tradicionales de la tragedia y la comedia en occidente. Al comienzo las obras fueron representadas con un actor y un coro, pero autores como Esquilo y Sófocles comenzaron a hacer teatro con más actores, lo que a su vez llevó a construir los grandes teatros de piedra sobre las faldas de las colinas.
Ya en esa época se utilizaban una especie de camarines llamados "skené", en donde los actores se vestían y cambiaban de trajes. Además se empleaban algunos "efectos" básicos como máscaras y disfraces. Los géneros clásicos que desarrollaron los Griegos son la tragedia (temas relacionados con sus héroes y Dioses, de gran contenido emocional), y la comedia, ya que en ese entonces les gustaba ridiculizar a los políticos y personajes famosos.
También encontramos al teatro en las antiguas civilizaciones de Asia: China, Japón y la India, en donde tomó un carácter sagrado cargado de profundos simbolismos, y en donde además se utilizó ampliamente y de manera integral la música y la danza.
También en la América prehispánica existió el teatro, por ejemplo entre los Incas y Aztecas, que lo utilizaron con fines principalmente religiosos y relacionados con la guerra y la agricultura.
Entre los diferentes géneros del teatro encontramos los musicales, la comedia, la farsa, la pantomima, la comedia romántica, la tragedia, la fantasía, la ópera, el teatro del absurdo y otras muchas formas, tanto tradicionales como experimentales.
En la actualidad, la realidad más dramática que se vive en las calles —la de los recortes, los desahucios y la corrupción— es la que se sube con pasión a las tablas. Desde allí, ante 40, 100 o 700 butacas, las tragedias humanas salpican con mayor intensidad que desde los medios de comunicación. La proximidad de los actores propicia que las historias “conmuevan, transformen y provoquen respuestas”.

El 27 de marzo se celebra el Día Mundial del Teatro

En 1961, el Instituto Internacional del Teatro crea el Día Mundial del Teatro. Desde entonces son muchos los eventos teatrales nacionales e internacionales que se organizan para conmemorar este día.
Uno de los más importantes es el “Mensaje Internacional del Día Mundial del Teatro”, donde una figura de talla mundial comparte sus reflexiones sobre el teatro y la cultura.
El primer mensaje fue escrito por Jean Cocteau (Francia) en 1962.
Este mensaje se traduce en más de 20 idiomas y es leído por decenas de miles de espectadores antes de las presentaciones en teatros de todo el mundo, e impreso en cientos de diarios. Y a nivel audiovisual, son muchas las cadenas de radio y televisión que hacen llegar el mensaje a todos los rincones de los cinco continentes.

Mensaje de Brett Bailey para el Día Mundial del teatro 2014

“Donde quiera que haya sociedad humana, el irreprimible Espíritu de la Representación se manifiesta.
Bajo los árboles de pequeñas aldeas y sobre sofisticados escenarios en grandes metrópolis; en salones de actos de colegios y en campos y en templos; en suburbios, en plazas públicas, en centros cívicos y en los subsuelos de las ciudades, la gente se reúne en comunión en torno a los efímeros mundos teatrales que creamos para expresar nuestra complejidad humana, nuestra diversidad, nuestra vulnerabilidad, en carne y hueso, aliento y voz.
Nos reunimos para llorar y para recordar; para reír y contemplar; para aprender, afirmar e imaginar.
Para maravillarnos ante la destreza técnica, y para encarnar dioses. Para dejarnos sin respiración ante nuestra capacidad de belleza, compasión y monstruosidad. Vamos para llenarnos de energía y poder. Para celebrar la riqueza de nuestras diferentes culturas y para hacer desaparecer las barreras que nos dividen.
Donde quiera que haya sociedad humana, el irreprimible Espíritu de la Representación se manifiesta.
Nacido de la comunidad, lleva puestas las máscaras y vestimentas de nuestras distintas tradiciones.
Utiliza nuestras lenguas, ritmos y gestos, y abre un espacio entre nosotros.
Y nosotros, los artistas que trabajamos con este antiguo espíritu, nos sentimos impulsados a canalizarlo a través de nuestros corazones, nuestras ideas y nuestros cuerpos para revelar nuestras realidades en toda su cotidianeidad y su rutilante misterio.
Pero en esta época en la que tantos millones de personas luchan por sobrevivir, sufren bajo regímenes opresivos y el capitalismo depredador, huyen del conflicto y la escasez; en la que nuestra privacidad es invadida por servicios secretos y nuestras palabras censuradas por gobiernos intrusivos; en la que se aniquilan los bosques, se exterminan especies y se envenenan los océanos: ¿Qué nos sentimos impulsados a revelar?
 En este mundo de poder desigual, en el que distintos órdenes hegemónicos intentan convencernos de que una nación, una raza, un género, una preferencia sexual, una religión, una ideología, un marco cultural es superior al resto, ¿se puede realmente defender la idea de que las artes deberían apartarse de las agendas sociales?
Nosotros, los artistas de escenarios y ágoras, ¿nos conformamos con las demandas asépticas del mercado, o utilizamos el poder que tenemos: para abrir un espacio en los corazones y las mentes de la sociedad, para reunir gente a nuestro alrededor, para inspirar, maravillar e informar, y para crear un mundo de esperanza y colaboración sincera?”

Más de 200 actividades para celebrar La Noche de los Teatros

Un año más, la Comunidad de Madrid vuelve a celebrar La Noche de los Teatros. Se cumple de esta manera la VII edición de esta iniciativa, que se inició en 2007 con el objetivo de impulsar y dinamizar las artes escénicas.
Más de 200 actividades en 118 espacios de la región, entre teatros, salas e instituciones culturales, además de propuestas escénicas al aire libre en ocho enclaves de la ciudad y DESCUENTOS DEL 50%.

En La Noche de los Teatros se podrá disfrutar de un amplio programa de representaciones y actividades en 85 espacios escénicos, en 25 instituciones culturales y en ocho espacios al aire libre. La oferta incluye un total de 97 funciones, que tendrán lugar en escenarios de Madrid capital y otros municipios de la región. Además, el público podrá acceder a descuentos de hasta el 50% en el precio de las entradas para este día.

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