Las madres son, sin lugar a dudas, el ser más importante en la vida de un niño. Mamá nos cuida todos los días, nos alimenta, se levanta por las noches para ver si dormimos como angelitos… ellas son el primer amor de los más pequeños.
Toda mamá tiene con sus hijos una conexión que va más allá de todo, que es inexplicable superando lo racional. La sola presencia de la madre basta para que el pequeño se calme. Es quien le brinda la contención de saber que no hay porque preocuparse: mamá siempre está ahí.
Tanto para las niñas como para los niños, mamá será un modelo a imitar. Por eso es normal que las peques usen los zapatos de mamá para jugar, se cuelgue sus collares y jueguen con sus muñecas a ser madres.
Todos contamos con distintos vínculos y relaciones a lo largo de la vida, pero el único incondicional es el de la madre.
Y con el paso del tiempo, cuando los bebés se vayan convirtiendo en adolescentes y ya empiecen a vivir poco a poco su propio destino, las mamás se conformarán con saber que piensan en ella y que las quieren sin condiciones. Por eso, la expresión “madre no hay más que una” no se refiere al número sino a la función que ella cumple en nuestra vida, sin importar si mamá es biológica o adoptiva, su amor, es lo más importante para nosotros. Y el mejor lugar del mundo, pase el tiempo que pase, siempre serán sus brazos.
Ser madre es algo especial y maravilloso. Implica la responsabilidad por una nueva vida, fuerzas para luchar por un ser indefenso, levantarse cuando se está cansada y agotada… y no rendirse nunca.
Ser madre no es cualquier cosa, el valor de una madre es incalculable.
¿Conoces realmente el valor de una madre?
Si eres madre, eres un ser humano normal pero dotada de una fuerza extraordinaria, de un corazón inmenso lleno de amor desinteresado e incondicional por tanto existe algo dentro de ti que te impulsa a seguir, cada vez que sientes algún cansancio o algún desánimo te vuelves a levantar y ves que grande es tu recompensa.
¿De dónde sacan las fuerzas?
La fuerza emerge desde el interior, toda la energía sale a la luz para poder aportar lo mejor de ellas.
La importancia de una madre comienza desde aquel preciso instante mismo en el que sabe que está embarazada ¡es entonces cuando comienza todo!
Los adultos que han disfrutado de una relación de apego seguro con su madre son personas más cálidas, más estables desde el punto de vista emocional. Tendrán relaciones íntimas más satisfactorias, más positivas. Están más integradas socialmente y tienen perspectivas coherentes de sí mismos. En contra de lo que siempre se ha dicho, tener al bebé en brazos, e incluso dormir con él, lo hace más independiente el día de mañana. Una relación de apego seguro le aporta las armas emocionales adecuadas para una buena adaptación y relación social. Una relación de apego seguro es el mejor regalo que se puede hacer a un hijo.
Aún así, en el siglo XXI a las madres no les basta con ser mujeres. La sociedad, la familia, los amigos y la tradición exigen superwomans capaces de atender el trabajo, la casa y los hijos de forma excelsa y además, con una sonrisa. Hasta que el Club de malasmadres y su creadora Laura Baena, dijeron Basta!!
Ahora trabajan por ampliar su labor de ayuda ofreciendo a través de sus blogs consejos de inteligencia emocional, nutrición infantil o incluso emprendimiento.
«Es muy difícil conseguir una reducción de jornada o un trabajo más conciliador y muchas madres acaban emprendiendo su propio proyecto. En su profesión no pueden crecer sin renunciar a su familia, pero muchísimos proyectos se quedan en el camino porque muchas madres no vienen del mundo de la comunicación o del sector financiero. Mensualmente realizamos una guía del emprendimiento donde explicamos cómo organizar un plan de negocio o montar una sociedad», explica Baena, que pronto espera poder trabajar directamente con las socias del club para ayudarlas a desarrollar sus ideas.
El Club de malasmadres es muchas cosas y quiere ser mucho más, pero en resumidas cuentas «es una comunidad emocional de ayuda, de apoyo y desahogo.
«Muchas de las cosas que nos ocurren aún no se pueden decir en voz alta. Hay mucha pantomima y prejuicios en torno a la maternidad y muchas madres nos dan las gracias por contar la realidad», cuenta la creadora, mientras subraya que todas las madres tienen cabida en esta especie de sociedad secreta.
«El poder de la comunidad son las madres y la reivindicación de cambiar el modelo social.
