miércoles, 4 de junio de 2014

LOS SENTIMIENTOS DE LOS NIÑOS FRENTE A LA SEPARACIÓN DE LOS PAPÁS

LLEGA EL VERANO Y LAS PAREJAS… ¡HACEN AGUA!

Por fin huele a verano y por fin huele a vacaciones, el periodo estival más esperado por los niños y, en algunos casos, más temido por los padres.

En las últimas décadas ha aumentado considerablemente el número de parejas que se separan tras las vacaciones.

Más tiempo para pasar juntos, los niños, las cenas, los viajes… El verano ha demostrado ser uno de los peores enemigos de la vida conyugal. De hecho, después del verano, el índice de divorcios y separaciones aumenta. ¿Superaremos este verano la prueba?

El trabajo, los horarios, las comidas… Durante el año es muy probable que no pases ni unas horas al día con tu pareja. En verano, sin embargo, esto cambia y el tiempo en familia aumenta considerablemente. Éste, según los expertos, es el motivo que explica el aumento de divorcios y separaciones después de las vacaciones estivales.

La falta de comunicación y los defectos que durante el año se soportan, se hacen mucho más evidentes en verano, cuando la pareja dispone de tiempo para disfrutar juntos. Por eso, el 28% de los divorcios que se producen en España tienen lugar en el tercer trimestre del año. Así que te aconsejamos paciencia, mucho amor y sobretodo mucho romanticismo para que tu pareja salga intacta de estos días de descanso.

Los datos hablan por sí solos

Desde 1981, año en el que se legalizó el divorcio en España se han producido más de 2,5 millones de rupturas. Pues bien, desde 2005, año en que entró en vigor la ley del “divorcio exprés”, se han producido 755.095 rupturas, de las cuales 636.454 eran divorcios. Así, el 50% de los divorcios consumados en las últimas tres décadas se han ejecutado en los últimos 6 años. 295 parejas ponen fin a diario a su relación.

Vamos, que en menos tiempo del empleado en leer este artículo se ha producido una ruptura en nuestro país.

Un matrimonio pone fin a su relación cada 4,8 minutos. Y es que cualquier tipo de contrato -bien sea uno laboral, de compraventa de una vivienda o incluso el que mantenemos con una compañía telefónica- es más difícil de romper a día de hoy que el pacto matrimonial.

Y es que como recuerdan en el “Instituto de Política Familiar” (IPF), el paso previo de la separación antes del divorcio quedó eliminado tras la ley de 2005, de tal forma que en unos pocos días la ruptura puede ser consumada.

¿Es sólo debido a una ley que ha facilitado el divorcio o también se ha producido un cambio de mentalidad?

Existen factores culturales. Ante las crisis parece que la única opción es la ruptura, rehacer tu vida. No existe una mentalidad de dar una segunda oportunidad. Además, apuntan en el IPF, cierta idealización de las relaciones ha originado que al mínimo problema “pensemos que el amor se ha terminado”. Tampoco hay que olvidar que “la ausencia de una conciliación familiar y laboral ha dado pie a una falta de comunicación” entre las parejas.

Hablamos de 2,5 millones de historias marcadas por los fracasos personales, pero también por los menores que los han sufrido. Según estima el IPF, alrededor de dos millones de hijos han sido los que más han perdido en la ruptura. “Cuando un niño ve que las dos personas a las que más quiere en el mundo se separan, puede pensar que es por culpa suya”. Por ello puede sufrir grandes problemas psicológicos. Además, una ruptura le transmite una serie de contravalores: la fidelidad, la entrega y el sacrificio no merecen la pena.

Hay que saber actuar con mano izquierda, intentando aparcar los sentimientos y las emociones y negociar las condiciones económicas con “racionalidad y generosidad” para encontrar soluciones de manera rápida y eficaz. Durante un divorcio conflictivo, se plantea quién se queda con la vivienda que sirvió de hogar familiar, se produce la batalla por la custodia de los hijos, se negocia la pensión de alimentos y el régimen de visitas de los menores cuando uno de los padres tiene la custodia exclusiva y se liquidan los bienes comunes. A veces, un divorcio pone fin a un matrimonio y abre el camino a una nueva forma de vida en la que las personas que en su día habían decidido compartir el resto de sus días acaban denunciándose en comisarías y tribunales y convirtiéndose en enemigos “vitalicios” inmersos en una verdadera batalla campal.

Pero el divorcio puede ser “una ventana de aire puro” y “una vía de escape” para los matrimonios que llegan a marchitarse y convierten a los cónyuges en individuos infelices en una relación de pareja que no satisface sus necesidades o ambiciones personales o supone “una auténtica tortura”.

LAS CAUSAS DE DIVORCIO MÁS PECULIARES

Las causas alegadas por los miembros de un matrimonio para solicitar el divorcio son tan heterogéneas y variopintas que muchas de ellas sobrepasan el absurdo. Los matrimonios ya no son para toda la vida por cuestiones que van desde el aumento de las exigencias sobre la vida en pareja hasta la idealización del amor romántico. Sin embargo, los abogados especializados en divorcios han comprobado que, cada vez con más frecuencia, cualquier excusa vale, por esperpéntica que sea, para iniciar un proceso de separación.

1.       “El loro me chivó que tenía una amante”

Una mujer utilizó a su loro como prueba de que su marido le estaba siendo infiel.

2.       “Está obsesionado con la limpieza y el orden”

Todo en exceso es malo, tanto que hasta la pulcritud puede ser una causa fulminante de divorcio.

3.       “Me lo han pedido los extraterrestres”

Las abducciones alienígenas también pueden generar problemas de pareja. Sobre todo cuando los extraterrestres eligen a uno para que sea su mensajero en la Tierra.

4.       “Tenía otra pareja virtual y era yo”

Ligar por Internet o ser infiel con alguien que se conoce a través de la red no es nada extraño hoy en día. Lo que más llama la atención es emprender una relación virtual con la persona que vive bajo su mismo techo y ya es su pareja, sin saberlo.

5.       “No me gusta la comida de mi suegra”

La tensión con la familia política puede conducir a problemas serios en la pareja. La relación nuera- suegra suele ser la más tensa.

6.       “Me aburro haciendo el amor”

Los problemas de cama están detrás de una buena parte de las rupturas de pareja.

7.       “Me mintió con su edad”

Una década casados debería ser suficiente para conocer la fecha de nacimiento de la pareja, pero no siempre es así.

8.       “Está todo el tiempo dándole de comer a los perros del barrio”

Algunos hobbies de toda la vida pueden llegar a romper una relación de tiempo cuando estos llegan al rango de adicción, por muy extraña que pueda parecer.

Los sentimientos del niño ante el divorcio de sus padres

Ante el divorcio de los padres los niños pueden sentirse angustiados, deprimidos, enojados y/o agresivos. Hay que ayudarles a entender la situación y a aprender a manejar sus emociones.

El divorcio es difícil para todas las personas involucradas. Pero para los niños lo es todavía más:

-          Se enfrentan a un hecho inesperado para el que no están preparados.

-          No tienen ningún control sobre la situación.

-          Los cambios y el no saber qué va a suceder les generan mucha angustia.

-          Debido a su edad tienen pocas herramientas para manejar sus emociones y los problemas a los que se enfrentan.

-          Su seguridad y bienestar emocional depende de sus padres y en el momento del divorcio, estos no pueden darle todo el apoyo, amor y ayuda que necesitan.

¿Qué hacer?

-          Respeta la manera de ser de cada uno de tus hijos, aunque sea distinta a la tuya y trata de favorecer la comunicación.

-          Si su conducta es negativa o agresiva no lo permitas. No lo compadezcas ni disculpes pensando que actúa así porque está sufriendo. En esos momentos necesitan límites estables y firmes.

-          Recuerda que el niño no es un adulto chiquito. Percibe y reacciona de manera distinta y necesita el apoyo, el cariño y la comprensión de sus padres para que el divorcio los afecte lo menos posible.

-          Seguramente en esos momentos es difícil tener paciencia, tranquilidad y tiempo que dedicarle a tus hijos, pero es importante que hagas un esfuerzo. Piensa que para ellos es más difícil que para ti al ser más pequeños y tener menos herramientas.

-          Si los abuelos o tíos están emocionalmente cerca de tus hijos, pueden ayudarte, aunque no sustituirte.

Todo divorcio tiene repercusiones sobre los niños implicados. Muchas veces su reacción inicial es de conmoción, tristeza, frustración, enfado o preocupación. Pero los niños también pueden salir de un proceso de divorcio más preparados para afrontar el estrés y muchos de ellos se convierten en jóvenes más flexibles y tolerantes.

Darle la noticia

En cuanto estés seguro de tus planes habla con tu hijo sobre la decisión de separarte. Aunque no exista una manera fácil de dar la noticia hay que intentar que ambos papás estén presentes durante la conversación. Es importante dejar a un lado los sentimientos de enfado, culpa o remordimiento. Antes de hablar con vuestro hijo practicar cómo se lo vais a decir sin alterarse ni enfadarse.

Aunque la conversación sobre el divorcio debe adaptarse a la edad, grado de madurez y temperamento del niño, hay que asegurarse de transmitirle al niño un mensaje fundamental: lo que ha ocurrido es un asunto de papá y mamá y él no es en absoluto culpable. Y siempre recordarles que los hijos y los padres están unidos para toda la vida, padres e hijos no dejan de quererse ni se divorcian nunca.

Y esto es en esencia lo que nos transmite el libro de Pilar Serrano “Si mamá dice blanco papá dice negro”.
 

 

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