El 26 de julio es una fecha muy señalada en España ¡celebramos el Día de los Abuelos!
Este día tan especial coincide en el santoral con San Joaquín y Santa Ana, abuelos de Jesús de Nazaret.
Pero esta celebración es importante por todo lo que suponen los abuelos en nuestras vidas, el trabajo, el empeño y el apoyo que suponen en nuestro día a día.
Los abuelos son unos de los pilares más importantes dentro de la familia, ya que sin ellos en muchos casos no habría posibilidad de conciliar el trabajo y la vida familiar. Las largas jornadas de trabajo impiden a muchos padres pasar el tiempo necesario con sus hijos, siendo los abuelos los que ocupan entonces ese tiempo. Y ahí es donde se fomenta esa maravillosa relación abuelo-nieto donde aprenden valores tan beneficiosos para la vida como conocer sus raíces, alimentarse de la experiencia, la paciencia, la tolerancia, vivir sin prisas.
Mi abuela es total y ¿Qué le pasa al abuelo? son los dos títulos que Ediciones Idampa dedica a la figura de los abuelos, reflejando esa complicidad que se establece entre abuelos y nietos y contando con mucho amor y mucho humor la importancia de la figura de los abuelos en nuestras vidas. “¡Y es que sólo un nieto puede devolverle la sonrisa a un abuelo que esté triste!” Susana Rico, autora de Mi abuela es total y ¿Qué le pasa al abuelo?
Hay una frase que no hay que olvidar “los abuelos no están para educar a los nietos, sino para disfrutarlos”. Ellos ya criaron a sus hijos y les educaron, por eso ahora tienen derecho a disfrutar de su tiempo libre sin límites ni trabas. Siempre van a estar dispuestos a ayudarnos pero sin abusar. Debe ser una tarea que elijan libremente y que la disfruten con felicidad.
Los abuelos, en algunas familias, han dejado de ser aquella figura de apoyo y de cariño para los nietos para convertirse en sus meros cuidadores, un recurso para el ahorro económico de la familia.
Hay que respetar sus tiempos, sus aficiones, sus actividades y medir sus fuerzas ¡qué a veces cuidar a los nietos puede ser agotador!
Los niños que tienen abuelos y pueden convivir con ellos a menudo son muy afortunados. Todas las experiencias que vivan con ellos se quedarán grabadas en su memoria y serán recordadas con mucho cariño
Los abuelos nos inspiran paciencia, cuidado, confianza y tranquilidad.
Cuentan historias de otros tiempos, de su familia, de cuando se enamoraron, de cuando se casaron, de los papás cuando eran pequeños… Nunca tienen prisa cuando están con los nietos y están dispuestos a hacer de todo para estar con ellos, incluso cosas que nunca pudieron hacer con sus hijos. ¡Los abuelos tienen un olor especial y su comida siempre es la mejor!
Muchas cosas que los niños no se atreven a hablar con los padres, lo hablan con sus abuelos. Ellos aportan una riqueza emocional que solo los abuelos pueden ofrecer.
La sociedad cambia, pero a pesar de eso los abuelos siguen transmitiendo experiencias de otra forma de vida y de entender las cosas. La relación entre los abuelos y los nietos no solo es beneficiosa para los pequeños. Los nietos también son una gran fuente de amor y de conocimiento para los abuelos.
Pero ¿quiénes son los abuelos para los niños?
Desde hace unos días circulan por Internet las respuestas de varios niños de entre 6 y 8 años contestando a la pregunta ¿qué es un abuelo?
Las respuestas son muy sabias, divertidas y espontáneas… porque así es como ellos entienden a sus abuelos:
1. Los abuelos son una señora y un señor que como no tienen niños propios les gustan mucho los de los demás.
2. Un abuelo es una abuela, pero hombre.
3. Los abuelos son gente que no tienen nada que hacer, solo están ocupados cuando nosotros los vamos a visitar.
4. Los abuelos son tan viejitos que no deben correr.
5. Los abuelos son personas con las que es bien divertido salir de compras.
6. Cuando salimos a pasear con ellos, se detienen para enseñarnos cosas bonitas como hojas de diferentes formas, un ciempiés de muchos colores o la casa del lobo.
7. Ellos no nos dicen: '¡Apúrate!'
8. Por lo general, las abuelas son unas señoras gordas, pero así y todo se agachan para atarnos los zapatos.
9. Son unos señores que para leer usan gafas, siempre los pierden y cuando me he quedado a dormir con ellos usan unas ropas bien cómicas.
10. Algunos abuelos tienen papás, esos si son bien viejitos, la mamá de mi abuelita, se puede quitar las encías y los dientes... a la misma vez.
11. Nos responden preguntas como: 'Por qué Dios no está casado?' o ¿por qué es que los perros persiguen a los gatos?
12. No les importa contarnos el mismo cuento varias veces y les encanta leernos historias.
13. Todo el mundo debe buscarse unos abuelos, son las únicas personas grandes, que siempre están contentas de estar con nosotros.
14. Ellos saben que antes dormir podemos comer algunas chucherías, antes de acostarnos, les encanta rezar con nosotros y nos besan y consienten aunque nos hayamos portado un poco mal.
15. A un niño de 6 años le preguntaron donde vivía su abuelita y él contestó: Ella vive en el aeropuerto, cuando la necesitamos vamos allá y la buscamos y cuando queremos que regrese a su casa la volvemos a llevar a su aeropuerto.
¡Muchas gracias abuelos!
Categorías
Consejos
(14)
¿Sabías qué?
(14)
¿Qué es...?
(6)
28 Poesías de Colores
(4)
¿Quién es quién?
(4)
Lolita
(2)
Presentaciones y Talleres
(2)
SaberMás
(2)
Noticias y Novedades
(1)
¿Quienes somos?
(1)
lunes, 27 de julio de 2015
Sentimientos de los niños frente al divorcio
Por fin huele a verano y por fin huele a vacaciones, el periodo estival más esperado por los niños y en algunos casos, más temido por los padres.
En las últimas décadas ha aumentado considerablemente el número de parejas que se separan tras las vacaciones.
Sólo en el pasado verano de 2014, las demandas de divorcio aumentaron un 12,2% respecto al verano de 2013. Un total de 27.266 demandas de disolución matrimonial, de acuerdo con los datos presentados por el Consejo General del Poder Judicial.
Más tiempo para pasar juntos, los niños, las cenas, los viajes... El verano ha demostrado ser uno de los peores enemigos de la vida conyugal. De hecho, después del verano, el índice de separaciones y divorcios aumenta. ¿Superaremos la prueba?
El trabajo, los horarios, las comidas... Durante el año, es muy probable que no pases ni unas horas al día con tu pareja. En verano, sin embargo, esto cambia y el tiempo en familia aumenta considerablemente. Éste, según los expertos, es el motivo que explica el aumento de divorcios y separaciones después de las vacaciones estivales. La falta de comunicación y los defectos que, durante el año se soportan, se hacen mucho más evidentes en verano, cuando la pareja dispone de tiempo para disfrutar juntos. Por eso, el 28% de los divorcios que se producen en España tienen lugar en el tercer trimestre del año. Así que, te aconsejamos paciencia, mucho amor y sobretodo, mucho romanticismo para que tu pareja salga intacta de estos días de descanso.
¿Es sólo debido a una ley que ha facilitado el divorcio o también se ha producido un cambio de mentalidad?
Existen factores culturales. Ante las crisis, parece que la única opción es la ruptura, rehacer tu vida. No existe una mentalidad de dar una segunda oportunidad.
Tampoco hay que olvidar que «la ausencia de una conciliación familiar y laboral ha dado pie a una falta de comunicación» entre las parejas.
Hablamos de 2,5 millones de historias marcadas por los fracasos personales, pero también por los menores que los han sufrido. Según estima el IPF, alrededor de dos millones de hijos han sido los que más han perdido en la ruptura. «Cuando un niño ve que las dos personas a las que más quiere en el mundo se separan, puede pensar que es por culpa suya. Por ello, puede sufrir grandes problemas psicológicos. Además, una ruptura le transmite una serie de contravalores: la fidelidad, la entrega y el sacrificio no merecen la pena.
Hay que saber actuar con "mano izquierda", intentar aparcar los sentimientos y las emociones y negociar las condiciones económicas con "racionalidad y generosidad" para encontrar soluciones de manera rápida y eficaz. Durante un divorcio conflictivo, se plantea quién se queda con la vivienda que sirvió de hogar familiar, se produce la "batalla" por la custodia de los hijos, se negocia la pensión de alimentos y el régimen de visitas de los menores cuando uno de los padres tiene la custodia exclusiva y se liquidan los bienes comunes. A veces, un divorcio pone fin a un matrimonio y abre el camino a una nueva
forma de vida en la que las personas que en su día habían decidido compartir el resto de sus días acaban denunciándose en comisarías y tribunales y convirtiéndose en "enemigos vitalicios" inmersos en "una verdadera batalla campal".
Pero el divorcio puede ser "una ventana de aire puro" y "una vía de escape" para los matrimonios que llegan a marchitarse y convierten a los cónyuges en individuos infelices en una relación de pareja que no satisface sus necesidades o ambiciones personales o supone "una auténtica tortura".
LAS CAUSAS DE DIVORCIO MÁS PECULIARES
Las causas alegadas por los miembros de un matrimonio para solicitar el divorcio son tan heterogéneas y variopintas que muchas de ellas sobrepasan el absurdo. Los matrimonios ya no son para toda la vida, por cuestiones que van desde el aumento de las exigencias sobre la vida en pareja hasta la idealización del amor romántico. Sin embargo, los abogados especializados en divorcios han comprobado que, cada vez con más frecuencia, cualquier excusa vale, por esperpéntica que sea, para iniciar un proceso de separación.
1. “El loro me chivó que tenía una amante”
Una mujer utilizó a su loro como prueba de que su marido le estaba siendo infiel. Según argumentó, cuando regresó a casa después de un viaje de negocios, empezó a escuchar cómo su mascota repetía sin cesar “te quiero”, “sé paciente” y “divorcio”. Unas palabras que, supuestamente, probaban que su marido la engañaba con otra que habría llevado a casa en su ausencia. Finalmente, no se aceptó el testimonio del loro como pretendía la aceptada…
2. “Está obsesionado con la limpieza y el orden”
Todo en exceso es malo, tanto que hasta la pulcritud puede ser una causa fulminante de divorcio. Esto fue lo que le pasó a un albañil que se pasaba el día recogiendo la casa, limpiándola y cuidando los detalles decorativos. La gota que colmó la paciencia de su mujer, tras quince años de matrimonio, fue que cambió unos muebles de sitio, tiró un tabique y redecoró una habitación.
3. “Me lo han pedido los extraterrestres”
Las abducciones alienígenas también pueden generar problemas de pareja. Sobre todo, cuando los extraterrestres eligen a uno para que sea su mensajero en la Tierra. Esto es lo que alegó un joven a la hora de solicitar su divorcio, pues entendía que seguir casado no era compatible con sus obligaciones como “predicador de los alienígenas”.
4. “Tenía otra pareja, virtual, y era yo”
Ligar por internet o ser infiel con alguien que se conoce a través de la red no es nada extraño hoy en día. Lo que sí llama más la atención es emprender una relación virtual con la persona que vive bajo su mismo techo. Eso sí, sin saberlo. Resulta que eran marido y mujer. La separación fue inminente.
5. “No me gusta la comida de mi suegra”
La tensión con la familia política puede conducir a problemas serios en la pareja. La relación nuera-suegra suele ser la más tóxica por el afán de criticar y entrometerse de esta última, tenga o no buenas intenciones. Un círculo vicioso que en ocasiones llega al enfrentamiento por cuestiones poco racionales.
6. “Me aburro haciendo el amor”
Los problemas de cama están detrás de una buena parte de las rupturas de pareja. El sexo es importante en el matrimonio y cuando alguna de las partes comienza a estar insatisfecha las posibilidades de separación se multiplican.
7. “Me mintió con su edad”
Una década casados debería ser suficiente para conocer la fecha de nacimiento del otro cónyuge, pero no siempre. Su mujer le había dicho que tenía 24 años cuando se casaron, aunque en realidad tenía 30. Seis años menos. Una mentira que su marido no pudo perdonarle.
8. “Está todo el tiempo dándole de comer a los perros del barrio”
Algunos hobbies de toda la vida pueden llegar a romper una relación de casi medio siglo cuando estos llegan al rango de adicción, por muy extraña que pueda parecer. Como por ejemplo, “dar de comer a las palomas y a los perros de la calle, gastándose una buena parte de la pensión en ello”, alegaba una octogenaria en proceso de separación. Para más inri, añadía la anciana, “le daba de comer a más de 20 perros tres veces al día, mientras nos la veíamos canutas para llegar a fin de mes”.
Los sentimientos del niño, ante el divorcio de sus padres:
Ante el divorcio de los padres, los niños se pueden sentir angustiados, deprimidos, enojados y/o agresivos. Hay que ayudarles a entender la situación y a aprender a manejar sus emociones.
El divorcio es difícil para todas las personas involucradas. Pero para los niños lo es todavía más, porque:
1. Se enfrentan a un hecho inesperado, para el que no están preparados. Aun en matrimonios muy conflictivos, los hijos casi siempre piensan que sus padres van a seguir juntos.
2. No tienen ningún control sobre la situación.
3. Los cambios y el no saber lo que va a suceder, les generan mucha angustia.
4. Debido a su edad, tienen pocas herramientas para manejar sus emociones y los problemas a los que se enfrentan.
5. Su seguridad y bienestar emocional depende de sus padres y en el momento del divorcio, éstos no pueden darles todo el apoyo, amor y ayuda que necesitan.
¿Qué hacer?
- Respeta la manera de ser de cada uno de tus hijos, aunque sea distinta a la tuya. Si no hablan sobre lo que sienten, trata de favorecer la comunicación, pero no los fuerces.
- Si su conducta es negativa o agresiva, ya sea en casa o en la escuela, no lo permitas. No los compadezcas o disculpes, pensando que actúan así porque están sufriendo. Es cierto que sufren pero necesitan límites estables y firmes, que les den la estructura que les falta. Si tú los compadeces, van a aprender a sentirse víctimas y a pensar que están derrotados y su autoestima disminuye. Esta actitud puede volverse permanente.
- Recuerda que el niño no es un adulto chiquito. Percibe y reacciona de manera distinta y necesita el apoyo, cariño y comprensión de sus padres, para que el divorcio los afecte lo menos posible.
- Seguramente en estos momentos, te es difícil tener la paciencia, tranquilidad y quizás el tiempo que tus hijos necesitan, pero es importante que hagas un esfuerzo. Piensa que para ellos es más difícil que para ti, porque son más pequeños y tienen menos herramientas.
- Aunque nadie puede ocupar tu lugar, ni darles el cariño y seguridad que tú les das, si los abuelos o tíos están emocionalmente cerca de tus hijos, pueden ayudarte, aunque no sustituirte.
Todo divorcio tiene repercusiones sobre los niños implicados; muchas veces su reacción inicial es de conmoción, tristeza, frustración, enfado o preocupación. Pero los niños también pueden salir de un proceso de divorcio más preparados para afrontar el estrés y muchos de ellos se convierten en jóvenes más flexibles y tolerantes.
Darle la noticia
En cuanto estés seguro de tus planes, habla con tu hijo sobre la decisión de separarte. Aunque no existe una manera fácil de dar la noticia, hay que intentar que ambos papas estén presentes durante la conversación. Es importante dejar a un lado los sentimientos de enfado, culpa o remordimiento. Antes de hablar con vuestro hijo, practicar cómo se lo vais a decir sin alteraros ni enfadaros durante la conversación.
Aunque la conversación sobre el divorcio debe adaptarse a la edad, grado de madurez y temperamento del niño, hay que asegurarse de trasmitirle a vuestro hijo un mensaje fundamental: lo que ha ocurrido es un asunto entre mamá y papá y él no es en absoluto culpable de lo ocurrido. La mayoría de los niños se sienten culpables incluso después de que los padres se lo nieguen. Por eso es básico que los padres insistan en esta afirmación para tranquilizar al niño.
Explicar que a veces la forma de quererse de los adultos experimenta cambios o que papá y mamá no pueden ponerse de acuerdo en cosas importantes y, por lo tanto, tienen que vivir separados. Pero siempre recordarles que los hijos y los padres están unidos de por vida, sea por nacimiento o por adopción. Los padres y los hijos a menudo están en desacuerdo en un montón de cosas, pero eso forma parte del ciclo de la vida: padres e hijos no dejan de quererse ni se divorcian nunca.
Es necesario facilitarles suficiente información a fin de que estén preparados para los cambios que van a tener lugar en su vida. Intenta responder a sus preguntas de la forma más sincera posible. Recuerda que los hijos no necesitan conocer todos los motivos que hay detrás del divorcio (sobre todo, si eso implica culpar a uno de sus papás). Basta con que entiendan qué es lo que va a cambiar en su vida cotidiana e, igual de importante, qué es lo que no va a experimentar cambio alguno.
Si tu hijo es muy pequeño, lo mejor es explicárselo todo con palabras sencillas. Podrías decirle algo como: "Papá y mamá van a vivir en casas diferentes para que no se peleen tanto, pero los dos te queremos mucho.".
Y esto es en esencia lo que nos transmite el libro de Pilar Serrano “Si mamá dice blanco papá dice negro”
En las últimas décadas ha aumentado considerablemente el número de parejas que se separan tras las vacaciones.
Sólo en el pasado verano de 2014, las demandas de divorcio aumentaron un 12,2% respecto al verano de 2013. Un total de 27.266 demandas de disolución matrimonial, de acuerdo con los datos presentados por el Consejo General del Poder Judicial.
Más tiempo para pasar juntos, los niños, las cenas, los viajes... El verano ha demostrado ser uno de los peores enemigos de la vida conyugal. De hecho, después del verano, el índice de separaciones y divorcios aumenta. ¿Superaremos la prueba?
El trabajo, los horarios, las comidas... Durante el año, es muy probable que no pases ni unas horas al día con tu pareja. En verano, sin embargo, esto cambia y el tiempo en familia aumenta considerablemente. Éste, según los expertos, es el motivo que explica el aumento de divorcios y separaciones después de las vacaciones estivales. La falta de comunicación y los defectos que, durante el año se soportan, se hacen mucho más evidentes en verano, cuando la pareja dispone de tiempo para disfrutar juntos. Por eso, el 28% de los divorcios que se producen en España tienen lugar en el tercer trimestre del año. Así que, te aconsejamos paciencia, mucho amor y sobretodo, mucho romanticismo para que tu pareja salga intacta de estos días de descanso.
¿Es sólo debido a una ley que ha facilitado el divorcio o también se ha producido un cambio de mentalidad?
Existen factores culturales. Ante las crisis, parece que la única opción es la ruptura, rehacer tu vida. No existe una mentalidad de dar una segunda oportunidad.
Tampoco hay que olvidar que «la ausencia de una conciliación familiar y laboral ha dado pie a una falta de comunicación» entre las parejas.
Hablamos de 2,5 millones de historias marcadas por los fracasos personales, pero también por los menores que los han sufrido. Según estima el IPF, alrededor de dos millones de hijos han sido los que más han perdido en la ruptura. «Cuando un niño ve que las dos personas a las que más quiere en el mundo se separan, puede pensar que es por culpa suya. Por ello, puede sufrir grandes problemas psicológicos. Además, una ruptura le transmite una serie de contravalores: la fidelidad, la entrega y el sacrificio no merecen la pena.
Hay que saber actuar con "mano izquierda", intentar aparcar los sentimientos y las emociones y negociar las condiciones económicas con "racionalidad y generosidad" para encontrar soluciones de manera rápida y eficaz. Durante un divorcio conflictivo, se plantea quién se queda con la vivienda que sirvió de hogar familiar, se produce la "batalla" por la custodia de los hijos, se negocia la pensión de alimentos y el régimen de visitas de los menores cuando uno de los padres tiene la custodia exclusiva y se liquidan los bienes comunes. A veces, un divorcio pone fin a un matrimonio y abre el camino a una nueva
forma de vida en la que las personas que en su día habían decidido compartir el resto de sus días acaban denunciándose en comisarías y tribunales y convirtiéndose en "enemigos vitalicios" inmersos en "una verdadera batalla campal".
Pero el divorcio puede ser "una ventana de aire puro" y "una vía de escape" para los matrimonios que llegan a marchitarse y convierten a los cónyuges en individuos infelices en una relación de pareja que no satisface sus necesidades o ambiciones personales o supone "una auténtica tortura".
LAS CAUSAS DE DIVORCIO MÁS PECULIARES
Las causas alegadas por los miembros de un matrimonio para solicitar el divorcio son tan heterogéneas y variopintas que muchas de ellas sobrepasan el absurdo. Los matrimonios ya no son para toda la vida, por cuestiones que van desde el aumento de las exigencias sobre la vida en pareja hasta la idealización del amor romántico. Sin embargo, los abogados especializados en divorcios han comprobado que, cada vez con más frecuencia, cualquier excusa vale, por esperpéntica que sea, para iniciar un proceso de separación.
1. “El loro me chivó que tenía una amante”
Una mujer utilizó a su loro como prueba de que su marido le estaba siendo infiel. Según argumentó, cuando regresó a casa después de un viaje de negocios, empezó a escuchar cómo su mascota repetía sin cesar “te quiero”, “sé paciente” y “divorcio”. Unas palabras que, supuestamente, probaban que su marido la engañaba con otra que habría llevado a casa en su ausencia. Finalmente, no se aceptó el testimonio del loro como pretendía la aceptada…
2. “Está obsesionado con la limpieza y el orden”
Todo en exceso es malo, tanto que hasta la pulcritud puede ser una causa fulminante de divorcio. Esto fue lo que le pasó a un albañil que se pasaba el día recogiendo la casa, limpiándola y cuidando los detalles decorativos. La gota que colmó la paciencia de su mujer, tras quince años de matrimonio, fue que cambió unos muebles de sitio, tiró un tabique y redecoró una habitación.
3. “Me lo han pedido los extraterrestres”
Las abducciones alienígenas también pueden generar problemas de pareja. Sobre todo, cuando los extraterrestres eligen a uno para que sea su mensajero en la Tierra. Esto es lo que alegó un joven a la hora de solicitar su divorcio, pues entendía que seguir casado no era compatible con sus obligaciones como “predicador de los alienígenas”.
4. “Tenía otra pareja, virtual, y era yo”
Ligar por internet o ser infiel con alguien que se conoce a través de la red no es nada extraño hoy en día. Lo que sí llama más la atención es emprender una relación virtual con la persona que vive bajo su mismo techo. Eso sí, sin saberlo. Resulta que eran marido y mujer. La separación fue inminente.
5. “No me gusta la comida de mi suegra”
La tensión con la familia política puede conducir a problemas serios en la pareja. La relación nuera-suegra suele ser la más tóxica por el afán de criticar y entrometerse de esta última, tenga o no buenas intenciones. Un círculo vicioso que en ocasiones llega al enfrentamiento por cuestiones poco racionales.
6. “Me aburro haciendo el amor”
Los problemas de cama están detrás de una buena parte de las rupturas de pareja. El sexo es importante en el matrimonio y cuando alguna de las partes comienza a estar insatisfecha las posibilidades de separación se multiplican.
7. “Me mintió con su edad”
Una década casados debería ser suficiente para conocer la fecha de nacimiento del otro cónyuge, pero no siempre. Su mujer le había dicho que tenía 24 años cuando se casaron, aunque en realidad tenía 30. Seis años menos. Una mentira que su marido no pudo perdonarle.
8. “Está todo el tiempo dándole de comer a los perros del barrio”
Algunos hobbies de toda la vida pueden llegar a romper una relación de casi medio siglo cuando estos llegan al rango de adicción, por muy extraña que pueda parecer. Como por ejemplo, “dar de comer a las palomas y a los perros de la calle, gastándose una buena parte de la pensión en ello”, alegaba una octogenaria en proceso de separación. Para más inri, añadía la anciana, “le daba de comer a más de 20 perros tres veces al día, mientras nos la veíamos canutas para llegar a fin de mes”.
Los sentimientos del niño, ante el divorcio de sus padres:
Ante el divorcio de los padres, los niños se pueden sentir angustiados, deprimidos, enojados y/o agresivos. Hay que ayudarles a entender la situación y a aprender a manejar sus emociones.
El divorcio es difícil para todas las personas involucradas. Pero para los niños lo es todavía más, porque:
1. Se enfrentan a un hecho inesperado, para el que no están preparados. Aun en matrimonios muy conflictivos, los hijos casi siempre piensan que sus padres van a seguir juntos.
2. No tienen ningún control sobre la situación.
3. Los cambios y el no saber lo que va a suceder, les generan mucha angustia.
4. Debido a su edad, tienen pocas herramientas para manejar sus emociones y los problemas a los que se enfrentan.
5. Su seguridad y bienestar emocional depende de sus padres y en el momento del divorcio, éstos no pueden darles todo el apoyo, amor y ayuda que necesitan.
¿Qué hacer?
- Respeta la manera de ser de cada uno de tus hijos, aunque sea distinta a la tuya. Si no hablan sobre lo que sienten, trata de favorecer la comunicación, pero no los fuerces.
- Si su conducta es negativa o agresiva, ya sea en casa o en la escuela, no lo permitas. No los compadezcas o disculpes, pensando que actúan así porque están sufriendo. Es cierto que sufren pero necesitan límites estables y firmes, que les den la estructura que les falta. Si tú los compadeces, van a aprender a sentirse víctimas y a pensar que están derrotados y su autoestima disminuye. Esta actitud puede volverse permanente.
- Recuerda que el niño no es un adulto chiquito. Percibe y reacciona de manera distinta y necesita el apoyo, cariño y comprensión de sus padres, para que el divorcio los afecte lo menos posible.
- Seguramente en estos momentos, te es difícil tener la paciencia, tranquilidad y quizás el tiempo que tus hijos necesitan, pero es importante que hagas un esfuerzo. Piensa que para ellos es más difícil que para ti, porque son más pequeños y tienen menos herramientas.
- Aunque nadie puede ocupar tu lugar, ni darles el cariño y seguridad que tú les das, si los abuelos o tíos están emocionalmente cerca de tus hijos, pueden ayudarte, aunque no sustituirte.
Todo divorcio tiene repercusiones sobre los niños implicados; muchas veces su reacción inicial es de conmoción, tristeza, frustración, enfado o preocupación. Pero los niños también pueden salir de un proceso de divorcio más preparados para afrontar el estrés y muchos de ellos se convierten en jóvenes más flexibles y tolerantes.
Darle la noticia
En cuanto estés seguro de tus planes, habla con tu hijo sobre la decisión de separarte. Aunque no existe una manera fácil de dar la noticia, hay que intentar que ambos papas estén presentes durante la conversación. Es importante dejar a un lado los sentimientos de enfado, culpa o remordimiento. Antes de hablar con vuestro hijo, practicar cómo se lo vais a decir sin alteraros ni enfadaros durante la conversación.
Aunque la conversación sobre el divorcio debe adaptarse a la edad, grado de madurez y temperamento del niño, hay que asegurarse de trasmitirle a vuestro hijo un mensaje fundamental: lo que ha ocurrido es un asunto entre mamá y papá y él no es en absoluto culpable de lo ocurrido. La mayoría de los niños se sienten culpables incluso después de que los padres se lo nieguen. Por eso es básico que los padres insistan en esta afirmación para tranquilizar al niño.
Explicar que a veces la forma de quererse de los adultos experimenta cambios o que papá y mamá no pueden ponerse de acuerdo en cosas importantes y, por lo tanto, tienen que vivir separados. Pero siempre recordarles que los hijos y los padres están unidos de por vida, sea por nacimiento o por adopción. Los padres y los hijos a menudo están en desacuerdo en un montón de cosas, pero eso forma parte del ciclo de la vida: padres e hijos no dejan de quererse ni se divorcian nunca.
Es necesario facilitarles suficiente información a fin de que estén preparados para los cambios que van a tener lugar en su vida. Intenta responder a sus preguntas de la forma más sincera posible. Recuerda que los hijos no necesitan conocer todos los motivos que hay detrás del divorcio (sobre todo, si eso implica culpar a uno de sus papás). Basta con que entiendan qué es lo que va a cambiar en su vida cotidiana e, igual de importante, qué es lo que no va a experimentar cambio alguno.
Si tu hijo es muy pequeño, lo mejor es explicárselo todo con palabras sencillas. Podrías decirle algo como: "Papá y mamá van a vivir en casas diferentes para que no se peleen tanto, pero los dos te queremos mucho.".
Y esto es en esencia lo que nos transmite el libro de Pilar Serrano “Si mamá dice blanco papá dice negro”
Suscribirse a:
Entradas (Atom)